Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, una jornada clave para concienciar sobre una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo y en España y que sigue estando rodeada de estigmas y desinformación. La obesidad no es una cuestión de elección o voluntad, sino una enfermedad crónica, compleja y multifactorial que requiere un abordaje integral y libre de prejuicios.
Este año, la Alianza por la Obesidad lanza una campaña bajo el lema «La obesidad no se elige, es una enfermedad«, con el objetivo de visibilizar el impacto real de esta condición y reducir el estigma que enfrentan las personas con obesidad en el ámbito social, sanitario y laboral.
Una realidad que no podemos seguir ignorando
En España, más del 60% de la población padece obesidad o está en riesgo de desarrollarla. La obesidad infantil y adolescente afecta al 10,3% de los menores, mientras que en adultos la cifra alcanza el 18,7%. Esta está relacionada con más de 200 patologías, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, apnea del sueño y distintos tipos de cáncer. Además, su impacto económico es enorme: representa casi el 10% del gasto sanitario total y supone una reducción del PIB del 2,9%, debido a la disminución de la productividad laboral.
El estigma, una barrera en el acceso a la salud
A pesar de la evidencia científica, la obesidad sigue sin ser plenamente reconocida como una enfermedad en la legislación española. El 45% de la población no la considera una enfermedad y el 60% de las personas con obesidad han sufrido discriminación debido a su peso. Este estigma afecta a su bienestar emocional y limita su acceso a una atención médica adecuada. se extiende al ámbito sanitario, dificultando el acceso a diagnósticos y tratamientos adecuados. Uno de cada dos pacientes con obesidad evita acudir al médico por miedo a ser juzgado, lo que retrasa el diagnóstico y tratamiento de enfermedades graves
Como señaló recientemente la portavoz de la Alianza por la Obesidad, la Dra. Irene Bretón, en su comparecencia ante la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, «la falta de reconocimiento de la obesidad como enfermedad crónica está limitando gravemente la respuesta sanitaria y política que merece». También destacó que la desigualdad en el acceso a la atención médica es una realidad: no todas las comunidades autónomas cuentan con unidades especializadas, y las listas de espera para cirugía bariátrica pueden superar los 12 meses, llegando en algunos casos a más de cuatro años.
Una carga física y emocional
Más allá del impacto en la salud física, la obesidad también supone una enorme carga psicológica. En la misma comparecencia, Arantxa Sáez, paciente y portavoz de la Alianza por la Obesidad, compartió su testimonio sobre la discriminación que enfrentan las personas con obesidad: «Es vivir con miedo al rechazo. En el trabajo, en el transporte público, en una consulta médica. Es sentir que cada decisión cotidiana está condicionada por el peso. Desde elegir la ropa hasta decidir si acudir o no a una reunión social». La falta de acceso a apoyo psicológico y la constante culpabilización de los pacientes agravan su situación.
Es hora de actuar
Para hacer frente a esta situación, la Alianza por la Obesidad ha identificado una serie de medidas urgentes:
– Creación de unidades multidisciplinares en todas las comunidades autónomas, garantizando un tratamiento integral
– Financiación de tratamientos innovadores, incluidos fármacos y terapias quirúrgicas
– Reducción de las listas de espera para la cirugía bariátrica, permitiendo que quienes la necesitan accedan a ella en tiempos razonables;
Campañas de concienciación y formación para reducir el estigma, mejorar la educación sobre la obesidad y capacitar a los profesionales sanitarios.
La obesidad no es una elección, pero actuar para cambiar esta realidad sí lo es. Se trata de un problema de salud pública de primer orden que requiere una respuesta política y legislativa estructural.
En este Día Mundial de la Obesidad, el mensaje es claro: es momento de actuar con medidas efectivas que garanticen que todas las personas afectadas reciban la atención y el respeto que merecen.
Desde la Alianza por la Obesidad seguiremos trabajando para que este mensaje cale en la sociedad y en las políticas de salud pública.